Cumpliendo Sueños a los 40: Mi Aventura Estudiando Inglés en Brisbane, Australia!

Cumplir 40 años es uno de esos momentos que te hacen detenerte y reflexionar. Para algunos, es hora de asentarse; para otros, como yo, es un llamado a perseguir esos sueños que hemos pospuesto. A los 40, hice mis maletas, dejé mi zona de confort en México y me fui a Brisbane, Australia, a estudiar inglés. Sí, leíste bien: ¡40 años, empezando de cero en un aula al otro lado del mundo! Esta es mi historia y por qué animo a cualquiera, de cualquier edad, a dar un salto como este.
¿Por qué Brisbane? ¿Por qué ahora?
Siempre quise hablar inglés con fluidez. Es el idioma de las conexiones globales: películas, música, negocios, viajes. En México, entre el trabajo y la vida diaria, mi inglés se quedó en lo básico, suficiente para sobrevivir pero no para sentirme segura. Al llegar a los 40, me cansé de decir “algún día lo aprenderé”. ¡La vida es demasiado corta para “algún día”!
Elegí Brisbane porque escuché que era una ciudad soleada, segura, relajada y con excelentes escuelas de idiomas. Además, ¿quién no querría estudiar cerca de ríos, parques y la posibilidad de ver canguros? Australia sonaba como una aventura, y Brisbane, con su ambiente acogedor, me pareció perfecta. No fue fácil tomar la decisión. A los 40, tienes responsabilidades: trabajo, familia, compromisos. Me preocupaba sentirme fuera de lugar entre estudiantes más jóvenes. ¿Podría seguir el ritmo? ¿Me vería ridícula? Pero el miedo a quedarme estancada fue más grande que el miedo a lo desconocido. Así que tramité mi visa de estudiante, me inscribí en un curso de inglés en Brisbane y compré un boleto de ida.
Primeras Impresiones: Llegando a Brisbane
Al bajar del avión en Brisbane, sentí una mezcla de emoción y cansancio por el viaje. La ciudad me recibió con un sol radiante y un aire fresco que me recordó un poco a las mañanas en México, pero con un toque de aventura. Brisbane es hermosa: el río , la playa artificial y zona cultural en South Bank, los jardines botánicos y un ambiente que combina modernidad con calma.
Mi primer reto fue el acento australiano. Pensé que mi inglés básico me prepararía, pero el “G’day, mate” y frases como “heaps good” me dejaron desconcertada. Los australianos hablan rápido, con un tono relajado que es encantador pero complicado para principiantes. Aprendí que “brekky” es desayuno y “arvo” es tarde. ¡Es inglés, pero con un giro divertido!
La Vida como Estudiante de 40 Años
Me inscribí en un curso intensivo de inglés en una escuela en el centro de Brisbane. Las clases eran una mezcla increíble: estudiantes de Brasil, Colombia, Korea, Japón, Tailandia y más, desde los 18 hasta, bueno, yo. Al principio, me sentía insegura. La mayoría de mis compañeros eran veinteañeros, persiguiendo sueños de universidad o viajes. Pero los profesores fueron fantásticos, creando un ambiente donde la edad no importaba, solo las ganas de aprender.
Las clases eran prácticas: hablar, escuchar, escribir y leer, con ejercicios basados en la vida real. Practicábamos pedir un café (¡imprescindible en Australia!), escribir correos y hasta debatir sobre si el Tim Tam es mejor que las galletas mexicanas (spoiler: extraño mis Marías). Ser mexicana me dio una ventaja: mis historias sobre el Día de Muertos o el pozole animaban las discusiones.
Fuera de clases, Brisbane se convirtió en mi patio de juegos. Estudiaba en cafés junto al río, practicaba inglés con baristas amigables y me uní a clubes de conversación. Los australianos son directos pero cálidos; te corrigen la pronunciación con una sonrisa. Cada conversación, aunque a veces torpe, me hacía sentir más segura.
Desafíos y Triunfos
No todo fue color de rosa. Estudiar inglés a los 40 es un ejercicio de humildad. Tu cerebro no absorbe palabras como a los 20, y después de un día de clases, a veces terminaba agotada. Hubo momentos de frustración, como olvidar una palabra a media frase o confundir el slang (nota: “thongs” son chanclas, ¡no ropa interior!).
También extrañé México. La distancia, el cambio de horario y echar de menos los tacos al pastor no fue fácil. Pero Brisbane me mantuvo motivada. Hice amigos que nunca imaginé: un chef colombiano de 22 años, una enfermera coreana de 30. La edad se desvanecía mientras reíamos por nuestros errores y compartíamos historias.
¿Los triunfos? ¡Valieron todo! La primera vez que sostuve una conversación fluida con un local fue como ganar una medalla. Escribir un ensayo sin traductor fue otro logro. Y cuando di una presentación sobre México en clase, los aplausos de mis compañeros hicieron que cada noche de estudio valiera la pena.
¿Por qué Estudiar en el Extranjero a los 40 Vale la Pena?
Si estás pensando “ya estoy muy grande para empezar de nuevo”, déjame detenerte. Los 40 son perfectos para invertir en ti. Aquí te digo por qué:
- Perspectiva: A los 40, sabes lo que quieres. Estaba enfocada, sin las dudas de los estudiantes más jóvenes.
- Confianza: La experiencia de vida te da valor para equivocarte. Me reía de mis errores, y eso hacía el aprendizaje divertido.
- Oportunidades: Mejorar mi inglés abrió puertas: mejores trabajos, confianza para viajar y conexiones con personas de todo el mundo.
- Aventura: Brisbane es un destino soñado. Estudiar aquí me permitió explorar la Gran Barrera de Coral, pasear por South Bank y tomar café como si fuera local.
Consejos para Estudiar Inglés en Australia
Si te animas a dar este paso, aquí van mis consejos:
- Elige bien tu ciudad: Brisbane es soleada y relajada, perfecta si buscas calma. Sydney es vibrante, Melbourne más artística. Investiga qué te va mejor.
- Busca una buena escuela: Elige escuelas acreditadas con profesores experimentados. Revisa opiniones y pregunta por el tamaño de las clases; grupos pequeños dan más tiempo para hablar.
- Sumérgete en la cultura: Di sí a las experiencias locales. Ve a una barbacoa, prueba un partido de rugby o explora los mercados de South Bank. Es la mejor forma de practicar.
- Planea tu presupuesto: Australia no es barata. Considera costos de colegiatura, alojamiento (yo renté habitación en una casa compartida para ahorrar) y vida diaria. Trabajos de medio tiempo (si tu visa lo permite) ayudan.
- Sé paciente: Aprender un idioma toma tiempo. Celebra los pequeños logros, como dominar una frase o entender un chiste.
- Conecta con locales: Los australianos son amigables; inicia una charla en un café o únete a grupos en apps como Meetup para practicar.
¿Qué Sigue para Mí?
Mi aventura en Brisbane aún no termina, pero ya sueño en grande. Estoy pensando en quedarme más tiempo, explorar otras ciudades o incluso seguir estudiando. Mi inglés no es perfecto, pero ha mejorado muchísimo. Más importante aún, he redescubierto que nunca es tarde para crecer. A los 40, no solo estoy aprendiendo un idioma, estoy reescribiendo mi historia.
Si estás pensando en estudiar inglés en el extranjero, ya sea a los 25 o a los 55, mi consejo es: ¡hazlo! Brisbane te espera con sol, sonrisas y una oportunidad para empezar de nuevo. ¿Nos veremos en clase practicando “G’day” con una sonrisa?
¿Quieres Saber Más?
¿Has estudiado en el extranjero o aprendido un idioma más tarde en la vida? ¡Comparte tu historia en los comentarios! Si tienes dudas sobre estudiar inglés en Australia, déjanos una pregunta, ¡estamos felices de ayudarte!